Hay una enorme diferencia entre ser un padre y una madre, y
esta va mas allá de lo fisiológico o de la capacidad de una mujer para
concebir, es un mundo diferente para ambos, pero igualmente gratificante.
Un padre no tiene la capacidad de concebir en su cuerpo al
que será su hijo, y no crea el mismo vinculo que la madre crea al amamantarlo, a pesar de esas diferencias, un padre puede crear un vinculo tan
especial con su hijo o hija, si se dedica en cuerpo y alma a disfrutar, sufrir y a aprender de la paternidad.
Hoy 17 de junio es para mí, un día agridulce ya que celebro
cuatro años de paternidad, llena de amor y felicidad al lado de la niña más
inteligente del mundo, pero es mi primer "día del padre", sin el hombre que más he
amado en mi vida, sin el hombre que me
llenó de orgullo y que además, sigue siendo mi ejemplo a seguir.
Mi padre, un intelectual que con garra, logro
culminar sus estudios Universitarios en la Universidad Nacional, un político que influyó mucho
en su entorno y contagió a quienes estuvieron a su al redor, un hombre de
izquierda con principios firmes e inquebrantables. El hombre que no perdía debates, porque nunca debatió sin conocer de lo que hablaba, el… El líder que guió proyectos,
ideas, iniciativas justas, pero sobre todo a la familia.
El mejor papá del mundo, mi héroe y el de mis hermanos, el
hombre que sin ser perfecto se dedicó a sus
ocupaciones sin descuidar a sus hijos, el que sin saber cómo era ser padre,
hizo su mejor papel en nuestras vidas, el que sin conocer mucho de amor, nos
amó a su manera y nos enseñó a vivir.
Cuando eramos pequeños, recuerdo que al llegar a casa papá, mis
hermanos y yo, corríamos a escondernos de el, y al entrar, el nos buscaba
debajo de la cama y nos decía “Salgan de ahí cusucos”, como gozábamos
haciéndolo buscarnos, con el tiempo imagino que pensó ya no cabríamos bajo las
camas y se ingenió llevarnos golosinas y juguetes cada día, para que en lugar
de correr a escondernos, corriéramos hacia él, y es que al primero en saludarlo
le tocaba el “Premio”
El tenia muchas
ocupaciones y compromisos, pero los domingos que podía, nos llevaba a los Planes
u otro parque a correr en bicicleta, cuando visitaba a sus amigos siempre le
acompañábamos, y pese a ser muy chicos, nos hacia caminar a paso ligero detrás de
el.
Son tantas las historias, como la de un día que nos llevaba a mi hermana y a mí de la mano,
y un ladrón le arrebató su reloj, pensando este, que por llevarnos a nosotros,
mi padre no podría hacer nada, sin embargo, mi papá al percibir el atraco
reaccionó haciéndonos a un lado y corrió tras el ladrón hasta someterlo, fue
toda una hazaña de nuestro héroe.
Mi padre fue humilde siempre, y sus amigos, pocos por cierto
pero buenos amigos, dan fe de ello, cuentan de cómo mi papá de vez en cuando se
iba para el parque Libertad a tomar atole “Shuco” porque decía que le gustaba
estar rodeado de “su gente”, él nunca
vio a nadie de menos y se entregó a ayudar a quien le necesitó, a tal grado que
muchos se aprovecharon de su bondad.
Mi papá se quitaba de la boca la comida si era necesario
para ayudar a los demás, y recurrió a su familia para pedir, cuando el no tenia
para ayudar a otro.
De mi padre no bastan dos renglones para describir su
legado, para hablar de mi papá no basta con plasmar unas cuantas palabras en un libro, pero
estas tres palabras que hoy escribo, no son para decirles todo sobre mi padre, es más, no es ni
para que todos las lean, las escribí por que son los recuerdo que llevo en mi
corazón y son los que le transmitiré a mi hija.
Yo quiero ser como mi papá y quiero que mi hija vea en mí el
reflejo de su abuelo.
Gracias le doy a Dios por haberme dado el mejor padre que me
pudo dar, solo él sabe porque se lo llevó tan temprano, pero sé que tuve lo mejor de él, y como dice mi hermana,
creo que Dios se lleva primero a la gente buena, porque este mundo malo no se los
merece.
En este día quiero felicitar a los padres que han sabido
cumplir con su labor y han respondido al llamado de sus hijos.
Papa perdóname por no ser el mejor hijo, te extrañare todos
los días de mi vida