Nuestros días transcurren, y nos ocupamos de todo lo que consideramos importante y necesario para nuestras vidas, realizamos tareas y cumplimos compromisos, nos preocupamos si las cosas no nos resultan favorables, PERO, cuánto tiempo y dedicación ofrecemos a aquel que nos permite hacer lo que hacemos en el día?, como agradecemos al que nos da la vida, la salud, el sustento y todas las bendiciones que a diario disfrutamos y que no valoramos?. Sera que le agradecemos con nuestro lenguaje? con el vocabulario que utilizamos al expresarnos o al dirigirnos a los demás? lo agradamos con nuestras acciones? lo agradamos al infringir no solo las normas contenidas en la biblia, sino las establecidas en nuestro sistema social? lo agradamos con el cuido de nuestros cuerpos? o con el cuido del planeta que habitamos?.
Seremos tan agradecidos como para reconocer su grandeza y darle gracias cada mañana por prestarnos vida? Somos tan agradecidos como para horrarle al seguir sus mandamientos? o acaso tenemos la capacidad de perdonar a los que nos ofenden en lugar de buscar la venganza?
Que hacemos para agradar al dador de la vida, y como honramos al único capaz de solucionar todos los problemas de nuestro país y del mundo entero.
No esperemos cambios en los demás, mientras no cambiamos nosotros mismos, no esperemos que el país cambie si nosotros no lo cambiamos primero, no esperemos que el gobierno resuelva los problemas del país si antes no le pedimos al que todo lo puede, quien decide y obra cuando un pueblo se lo pide y le HONRA.
Si esperamos ver cambios, hagámoslos en nuestras vidas primero.